sábado, 24 de septiembre de 2011

ARTICULOS SOBRE LA ERA DIGITAL : PROMESAS

La era digital ha llegado para quedarse, y como cada revolución tecnológica suscita miedos, alienta esperanzas y genera nuevas palabras. El desafío de pensar en la contribución de los modernos sistemas de comunicación al proceso de paz y a la integración regional exige examinar críticamente las promesas con las que llega la era digital.

En lo que sigue, a) me propongo revisar las actitudes más comunes ante el proceso de innovación tecnológica, b) planteo la exigencia de entender la revolución digital como condición necesaria para liderar el cambio y c) sugiero algunas vías para la efectiva contribución de los medios de comunicación al proceso de integración regional y a la preservación de la paz.

A modo de premisas, propongo las siguientes consideraciones:

  1. Para que la revolución digital deje de ser una promesa hay que conocer críticamente y aplicar creativamente las nuevas tecnologías.
  2. Las nuevas tecnologías pueden contribuir de modo decisivo a la integración regional, a la paz, a la defensa de nuestra lengua común y a extender el acceso a los bienes culturales, en la medida en que las condiciones de su diseño y utilización no se dejen libradas a la propia inercia del proceso de innovación tecnológica.
  3. Hay que apropiarse de la tecnología con prudencia y sobriedad, superando tanto la tecnofobia recalcitrante como el fetichismo tecnológico. Hay que hacer una vasta pedagogía social del uso y de la producción de nuevos medios.

1. Actitudes ante el proceso de innovación tecnológica

Una de las manifestaciones más evidentes de la cultura digital es la transformación del lenguaje cotidiano. Ya se han instalado en nuestras prácticas discursivas decenas de términos que utilizamos como coraza protectora, como arma arrojadiza, como palabras mágicas, y a veces, hasta correctamente: Internet, correo electrónico, páginas web, módem, formatos de archivo, velocidad de conexión, servidor, webcam, interfaz, escáner, compresión, listas de distribución, proveedores de acceso, operadores booleanos, puerto de impresora, foros de discusión, chats, y por supuesto, cibercomunidades, medios virtuales, hipertextos y portales.

Los iniciados pueden llegar a ser bastante más crípticos, de modo que si consiguieron entender la lista de palabras anterior, pueden probar suerte con estos acrónimos: TCP/IP, DNS, IRC, WAIS, BBS, FTP, MIME, GIF, JPEG o HTTP.

La necesidad de acercar al lenguaje del usuario no experto la compleja terminología técnica ha desembocado en el uso generalizado de metáforas, que aportan algo de transparencia y familiaridad. Hablamos con toda naturalidad de ventana, escritorio, navegador, página, menú, ancla, carpeta y papelera, como si se tratara de objetos reales.

El uso correcto o incorrecto, el abuso o el desprecio de este nuevo repertorio terminológico suele ser indicativo de la otra manifestación evidente de la cultura digital constituida por las actitudes públicas hacia la nuevas tecnologías. Siguiendo la metáfora alcohólica propuesta por Umberto Eco, cabrían tres caracterizaciones: el borracho, el abstemio y el catador.

El borracho es el usuario no profesional que padece del síndrome de fetichismo tecnológico, alguien que ha desarrollado tal relación de dependencia con los instrumentos digitales que ya no concibe la vida fuera de la red: cuando sale al mundo exterior es para visitar un cibercafé, con sus amigos se encuentra en las salas de un chat, vive pendiente del correo electrónico, pasa la mitad del día navegando y la otra mitad rediseñando su home page.

El abstemio no es usuario (todavía), el temor que le produce una tecnología que desconoce y que amenaza su perfil profesional le hace refugiarse en su confortable tecnofobia, que en ocasiones enmascara ideológicamente, pero que no es más que la perplejidad timorata de quien no sabe resituarse en el presente y prefiere la apacible parálisis del pasado.

El catador es el usuario que no ha sucumbido al vértigo provocado por la velocidad del cambio, que ha superado la fascinación y que no se ha estancado en la perplejidad. Utiliza los nuevos medios en función de sus necesidades reales, con sobriedad y con prudencia. Sabe escoger y es consciente de que no puede probarlo todo.

A partir de este diagnóstico de las manifestaciones culturales de la era digital centrado en el uso del lenguaje y en las actitudes hacia el cambio tecnológico, se examinan las claves del nuevo entorno mediático emergente.

2. Entender la revolución digital para liderar el cambio

El desafío profesional al que nos enfrentamos en el terreno de la comunicación, no consiste simplemente en "adaptarse al cambio", como si de una moda se tratase, y tampoco se limita a utilizar con naturalidad un nuevo lenguaje. Lo que se plantea como exigencia es mucho más radical y pasa por comprender y controlar las nuevas características de los medios y de la comunicación pública. De lo que se trata es de ser protagonistas, no espectadores, de la revolución tecnológica, para poder convertir en realidades las promesas de la era digital.

Señalaré a continuación una serie de convergencias y transiciones que constituyen las notas dominantes del nuevo paisaje mediático:

  1. La clave de la comunicación se ha desplazado desde la transmisión de información, característica de la era analógica, hacia la producción de contenidos, propia de la era digital.

  2. El público sedentario de los medios tradicionales se ha reconvertido en usuario activo, que no se limita al consumo de medios interactivos, sino que también participa en la producción de contenidos. Son los "prosumidores".

  3. La distinción entre medios personales (como el teléfono o el correo) y medios colectivos (como la televisión o la prensa) se diluye en un entorno de confluencia ya bautizado como "conectivo", una forma personalizada de la colectividad (De Kerckhove, 1999).

  4. Las cibercomunidades y los portales surgen precisamente como ámbitos de confluencia entre los servicios de información personalizada y los medios de información pública.

  5. La confluencia de la escritura con los medios digitales da lugar a un nuevo modo de estructurar y acceder a la información denominado hipertexto, así como a nuevas modalidades narrativas como la información y la ficción interactiva.

  6. Internet ha provocado la disolución de las fronteras que separaban a los medios en función de su soporte y de los formatos de información. Los medios virtuales o sólo digitales, así como las versiones electrónicas de los medios convencionales constituyen nuevas realidades mediáticas que ya no se explican mediante el recurso a los viejos paradigmas matemáticos o ideológicos de la comunicación.

  7. La Web tiende cada vez de modo más evidente hacia la confluencia entre PC y TV, y el lenguaje audiovisual pomposamente rebautizado multimedia se impone como una suerte de lingua franca de la cultura digital.

  8. El teléfono (es decir las redes de telecomunicaciones) se fusiona con la radio y la televisión (broadcasting) y emerge el pointcasting, un sistema de difusión audiovisual a la vez universal y personalizado.

  9. Fuera de las redes (de momento) lo audiovisual y lo táctil se encuentran en la realidad virtual, que lejos de ser materia excluyente de la ciencia ficción, es ya un nuevo modo de conocimiento de la realidad que involucra de modo inmersivo al usuario.

  10. Finalmente, la comunicación pública y la autoridad editorial se han separado. El papel tradicional de los editores como filtro o gatekeepers, así como la función clásica de agenda-setting propia de los medios aparece hoy cuanto menos cuestionada y desde luego compartida. La Red permite el acceso directo del público a las fuentes de información si la mediación profesional de los comunicadores, y ofrece por primera vez en la historia de la comunicación acceso universal a un sistema mundial de publicación que funciona, igualmente, al margen de los editores profesionales.

Estos cambios plantean dos urgencias: redefinir el perfil y las exigencias profesionales de los comunicadores, y redefinir los contenidos y los procedimientos de su formación académica.

Pero la presunta omnipotencia de la era digital contrasta con la fragilidad de la paz, las convulsiones naturales de nuestro pequeño planeta y las dificultades culturales, políticas y económicas que frenan la integración entre los pueblos. Aún así, vislumbramos nuevas oportunidades gracias a la existencia de poderosas herramientas de comunicación.

3. Contribución de los medios al proceso de integración regional y a la preservación de la paz

Aquí, la pregunta correcta no es cómo pueden contribuir las nuevas tecnologías de la comunicación al proceso de integración regional y a la preservación de la paz, sino qué tenemos que hacer nosotros para conseguirlo.

Las transformaciones que hemos examinado revelan que los medios ya no son el soporte, sino el contenido, y en consecuencia, que los comunicadores ya no se definen por el medio en el que trabajan, sino por los asuntos acerca de los que saben.

El poder, en la era digital, ya no es el control del espacio sino del conocimiento. Las guerras hoy se libran con armas controladas por los mismos ordenadores que se utilizan para hacer Toy Story, Titanic o La amenza fantasma.

Si se trata de hablar de los medios y de la paz, habrá que recordar el carácter instrumental de la tecnología y en consecuencia la urgente necesidad de educar a los usuarios.

Es de vital importancia que nos planteemos la necesidad de extender y democratizar el acceso a Internet en hispanoamérica, de incorporar nuestros contenidos culturales y nuestra lengua a la Red.

La lengua es uno de los factores estratégicos de mayor importancia en proyecto de unión entre América Latina y la Red.

Hay señales positivas en esta dirección, ya que la comunidad hispanohablante es el grupo con mayor crecimiento en Internet. Aún así, se requieren políticas nacionales y regionales audaces para propiciar un desarrollo intenso y organizado de la Red, tal como se ha hecho en Estados Unidos y en Europa (Infosociedad, 1998).

Finalmente, los medios masivos de la región pueden impulsar iniciativas conjuntas como el intercambio de profesionales, el desarrollo de programas de prácticas para estudiantes, y la producción conjunta de materiales (suplementos, programas o servicios de información).

En esta línea resulta especialmente significativa la experiencia de REDIPAZ, Red de Diarios de América Latina para una Cultura de la Paz auspiciada por la UNESCO (en la que participan los diarios El Comercio y Hoy de Ecuador) que busca fomentar la cultura de la paz, la tolerancia, el entendimiento y la integración entre las sociedades y naciones de la región.

Conclusiones

Cada nueva tecnología crea una nueva cultura. Los cambios que nos promete la era digital no se producirán tan rápido como se nos anticipa, pero sus efectos serán mucho mayores de lo que se pronostica.

La comunicación pública y sus paradigmas de sustento han de ser repensados a la luz de los medios que nos trae la era digital, hay que aventurarse a hacer la comunicación que queremos, sin complejos ni fanatismos, porque hay una nueva oportunidad para los medios, para los comunicadores, y también para la paz.

http://www.saladeprensa.org/art170.htm

_____________________
Referencias Bibliográficas

De Kerckhove, Derrick (1999), La piel de la cultura. Investigando la nueva realidad electrónica, Gedisa, Barcelona.

Gentile, Leonardo, "¿Dónde cuesta más estar conectado?", El Sitio. Informes, nro. 39, 8/9/99
web.elsitio.com/scripts/elsitio/global/tecnologia/informes/notas/template.asp?1999/09/07/glsitt_dialup

Infosociedad (1998), "Latinoamérica apuesta por el ciberespacio"
(
www.es.ibm.com/infosociedad/ideas/tendencias/htm).

Jenkins, Henry (1997), "Contacting the Past: Early Radio and the Digital Revolution"
(
media-in-transition.mit.edu/articles/jenkins.html).

Marques de Melo, José, "Comunicación e Integración latinoamericana: El papel de ALAIC"
(
www.mty.itsem.mx/externos/alaic/Texto1.html).

Millán, José Antonio (1997), "Internet, una red para el español"
(
jamillan.com/internet.htm).

_______________ (1998), "¿Un nuevo horizonte?"
(
jamillan.com/horizont.htm).

Orihuela, José Luis y Santos, Ma. Luisa (1999), Introducción al Diseño Digital, Anaya Multimedia, Madrid (cap. VII: Información Interactiva).

Orihuela, José Luis (1999), "El narrador en ficción interactiva. El jardinero y el laberinto", en Imízcoz, Teresa et al., Quién cuenta la historia. Estudios sobre el narrador en los relatos de ficción y no ficción, Eunate, Pamplona.

_______________ (1999), "Nuevos paradigmas comunicativos en la era de Internet (o por qué hay que seguir pensando cuando todo se mueve muy rápido)", XX Encuentro Nacional de Facultades de Comunicación Social: Internet y los nuevos desafíos de la comunicación, Universidad de Piura.

Ramonet, Ignacio (ed.), Internet, el mundo que llega. Los nuevos caminos de la comunicación, Alianza, Madrid, 1998.

Ricardo, Francisco, "Field Notes From the Secret War Between Value and Meaning in Digital Culture", Digital Arts and Culture 1998
(
cmc.hf.uib.no/dac/papers/ricardo.html).

________
Sitios Web

Agencia Latinoamericana de Información - ALAI
www.ecuanex.apc.org/alai

Asociación Latinoamericana de Investigadores de la Comunicación - ALAIC
www.mty.itesm.mx/externos/alaic/home.html

Asociación para el progreso de las Comunicaciones - APC
www.apc.org

Ecuatorianos. La comunidad virtual #1 de Ecuador
www.ecuatorianos.com

Federación Latinoamericana de Facultades de Comunicación Social - FELAFACS
www.felafacs.org

Intercom – Nodo Ecuanex
www.ecuanex.apc.org

Latin American Network Information Center - LANIC
lanic.utexas.edu

Programa de Graduados Latinoamericanos – PGLA
www.unav.es/pgla

Recursos en Internet para Comunicación
www.unav.es/digilab/ric

Red de Diarios de América Latina para una Cultura de la Paz – REDIPAZ
redipaz.ucol.mx

Starmedia
www.starmedia.com

UNESCO WebWorld
www.unesco.org/webworld

World Media Network
www.worldmedia.fr/network

No hay comentarios:

Publicar un comentario